Cómo hacer negocios en China: Parte I


Son muchas las empresas que, en un momento u otro de su vida, plantean una expansión a nivel internacional, y llegados a este punto, son muchas las que consideran que uno de los países objetivo de dicha expansión es China.

Hablar de que el mercado chino esta lleno de oportunidades, no es decir nada nuevo, hablar de que la economía china es una de las de mayor crecimiento en la actualidad tampoco, hablar de que ir, ó mejor dicho, estar en China tiene sus riesgos, tampoco lo es.

Llegados a este punto me gustaría compartir con vosotros los diferentes estados que una empresa, y lógicamente las personas que la integran, pasan en este proceso de expansión internacional cuando hablamos de China.

Primer sentimiento: chino-filia

Cuando uno llega por primera vez a China siente una gran emoción, se muestra ante ti un mundo lleno de oportunidades profesionales, en realidad hasta cuesta creer que pueda ser así, y con muchos matices es cierto que lo es. Como es lógico, hay que decir que resulta vital quien y como te muestran China, en este punto hay que tener mucho cuidado con los «tiburones» que nos llenan la cabeza de falsas promesas con el único objetivo de embolsarse unos yuanes y hacernos perder el tiempo y desgastar nuestra ilusión, lo cual es muy importante y comentaremos en futuras ediciones de «Cómo hacer negocios en China».

Pero en cualquier caso, es cierto que es un mercado con un gran potencial y donde se pueden hacer grandes cosas, eso sí, hay que tener claro que el proceso de implantación de una empresa en China es muy tedioso y se extiende mucho en el tiempo, cosa que también comentaremos porque es muy importante que una empresa tenga claro donde se está metiendo.

Segundo sentimiento: chino-fobia

Como os digo implantarnos en China es complejo, cosa que se descubre poco a poco, y como del amor al odio hay solo un paso, tras la gran emoción de descubrir la inmensidad de oportunidades del mercado chino, pasamos a la desesperación por la lentitud y la gran diferencia en el modo de trabajar.

Es importante decir que China es lo más cercano a otro planeta, y no me entendáis mal, no es un comentario peyorativo, simplemente debemos tener en cuenta que el choque cultural entre China, y las culturas y mercados occidentales, es muy grande. A esto debemos sumar que el idioma supone una gran barrera, lo cual implica que siempre debes ir acompañado de un traductor a la hora de hacer negocios, y el que lo ha probado entenderá cuando digo que no tienes seguridad de que lo que tú dices y el traductor, o lo que te dicen y a ti el traductor, sea lo mismo. En múltiples ocasiones hablas 30 segundos, el traductor comienza a hablar, se inicia entre ellos una discusión y, 2 ó 3 ó 4 minutos después el traductor te dice, ya puedes continuar, imaginar la cara que se te queda cuando piensas, es imposible que mi comentario se extienda tanto en el tiempo, ¿nadie me va a contar que ha pasado?.

Tercer sentimiento: chino-realismo

Si estáis en este nivel, enhorabuena, ahora comenzáis a estar de verdad cerca el éxito de vuestra expansión a China, es muy difícil triunfar en China sin llegar a este estado. En este punto ya han pasado unos cuantos meses, ya comienzas a darte cuenta que de lo que te dicen, te prometen, te enseñan, te …, a la realidad hay una brecha, y es entonces, y solo entonces, cuando puedes comenzar a dimensionar el mercado y tu éxito en el mismo.

Dicho todo esto, personalmente debo confesar que estar en China supone una experiencia muy gratificante, tanto a nivel profesional como personal. Desde luego tiene todo un mercado por descubrir, como en todos los sitios hay gente de todo tipo, pero cuando superas la barrera cultural, te das cuenta que no puedes luchar contra muchos años de historia y 1,3 millones de chinos, comienzas a relajarte y a disfrutar.

Son un pueblo francamente interesante.

Un saludo y hasta  «Cómo hacer negocios en China: Parte II»

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